LA CAZA
En la noche de calles vacías
existen lugares donde se celebran ritos,
son los cotos sonoros de caza
donde un ancestral ritmo de fuego
nos hace recordar brillando
la pérdida de nuestras alas celestes.
Ebrios, nos dejamos
a los más básicos placeres en el azar
de unos ojos embrujados que buscan
en otra piel un reposo consumado.
Y las hembras agitan sus curvas
irradiando su caliente olor
como la presa casi muerta
llama sin quererlo a las aves de rapiña.
Y ellos vienen,
con la típica excusa del nombre
y muestran buena aptitud
para la pantomima y las artes del encanto,
como si desplegaran un bello plumaje
para captar la atención
hasta hallar el momento,
la palabra precisa que abre la cueva.
Volvemos anhelantes a la selva
a la genética llanura salvaje,
para librarnos de la esclava
magnitud del raciocinio
y darnos por completo
a la caza de carne y sangre.
Publicado en Trece puertas. Ed. Hijos del Hule. 2004
DESPUÉS DE LA NOCHE
Algunos días despierto y extraño
el lugar donde estoy siendo.
Me sorprende ser aquí, una vez más.
Sin saber donde hallarme mañana
soy mi obligación de recordar
para volver a ser, otra vez,
el portador de un único nombre,
a un nuevo día, después de la noche.
Publicado en Versolabios y espaminostas. Ed.L'Espiral literària. 2010.
HACHÍS
¡Oh, qué dulce, qué dulce
verdad sin realidad aún, qué dulce!
J.R.J
Negra piedra, semilla profunda,
devuélveme a la mirada primitiva
del niño ante las estrellas.
Como sed que quiere agua.
Como deseo que anhela cuerpo.
Como aleteo de mariposa en descomposición
que desprende partículas de tierra.
Gusano nube a qué lugar.
La mente se acomoda
y caminar
es un jardín de rosas sin espinas,
un camino infinito de almohadas.
En su ebriedad recibimos
el preciado tesoro.
¡Oh, qué dulce, qué dulce
verdad sin realidad aún, qué dulce!
Ser fuego en el aire.
Publicado en HACHÍS (Poesía 2005-2011), Aude Legere, 2011.